Jamás dudé de que lo lograrías, solamente necesitabas voltearte a ver otra vez, ya casi estabas listo para descubrir algunos conceptos que habían llegado a ti hace algunos años pero para decifrarlos tenías que cambiar de lente, preguntarte y tratar de comprender como es que funciona tu cuerpo en este universo tan inmensamente extenso e infinito, reconocer tu lugar y volver a realizar todas las preguntas que nunca te habías atrevido a responder.
Ahora puedo ver como después de tanto tiempo ejerciendo tu libertad, un absurdo día de enero comenzó a llenarse de caos este mundo, dentro de un mundo que te había enseñado que el control y la perfección son conceptos valorados, ese año fue 2020 y tu estabas aterrado con la nueva responsabilidad que apenas hace unas semanas había llegado a tu vida, desde hace muchos meses aún con toda esa libertad ya tenías todo planeado, grandes listas de nombres, muchas playlist listas para cuando llegara el momento, un cálido hogar que cada día parecía más acogedor y seguro, tomaste cursos y libros para prepararte, seguiste trabajando duro y estabas a cargo de muchos proyectos, eras todo un rock star a nivel laboral, tan despeinado y luminoso como siempre pero al mismo tiempo tan ingenuo y lleno de preguntas, miedos y dudas, pero algo que te debo reconocer es que aún así te veías muy feliz e ilusionado.
Hasta este punto todavía no imaginabas todo lo que se venía, pero para entrar en contexto, fue justo en marzo cuando regresabas a casa con tu pequeña recién nacida, después de haber pasado cuarentena post parto, cuando unos días después la humanidad estaba a punto de ser puesta a prueba, una pandemia de proporciones nunca antes vista estaba tomando fuerza, países cerrando fronteras, empresas cerrando oficinas, todos siendo presas del miedo, del pánico y ahí estabas otra vez buscando recuperar un poco de control, entre anaqueles vacíos buscando frijoles, leche y cualquier cosa que te ayudara a sobrevivir durante la próxima semana o un poco más sin tener la necesidad de salir, se paralizó la vida y la ciudad quedo desierta, en ese momento lo único bueno de salir era la idea de volver, para volver a casa donde ya te esperaban con lysol, cloro, jabón, ropa y zapatos limpios, un lugar para tu cubrebocas y mucho gel desinfectante, los primeros minutos eran clave para mantener el control de acceso y mantener sanos y salvos a todos. Ni de chiste fueron dos semanas, los días pasaban igual, lunes que viernes, después paso abril, mayo y todos los demás meses del 2020, pero fue así que algo comenzó a cambiar.
En un inicio parecía muy natural tu idea de que las familias estuvieran bien en casa viviendo y disfrutando de sus vidas, una lección aprendida que lograste al descubrir no fue así para todos, pero tu aprovechaste muy bien el tiempo, descubriste una manera de entretenerte con platicas de temas muy profundos, también recuperaste tu diálogo interno y fue así como te empezaste a dar cuenta que había muchas cosas que creías saber (creencias que te habían inculcado) pero realmente nunca habías te habías replanteado, llegó un momento donde sentiste que por fin habías encontrado las preguntas importantes que buscaste toda la vida, irónicamente al sentir que perdiste tu libertad, cuando sentiste que la esperanza te abandonaba, encontraste una nueva manera de ser libre, eso fue inesperado.
Esa nueva realidad fue potenciada con la mejor medicina para el encierro, una compañía inmejorable de tu compañera y maestra, viendo juntos paso a paso y desde primera fila crecer a su pequeña, todo el día y todos los días, combinando el trabajo y la diversión lograron surfear las olas muchos meses, aun que todavía te sentías insuficiente, pues en ese punto todavía no entendías que seguías aprendiendo y mejorando, lo hiciste con gran detalle y suficiente calma, de manera constante, tiempo después al leer Atomic Habits descubriste que son atributos que se requieren para dominar una nueva actividad, tal vez es por eso que se te dio tan bien ser papá. Los meses siguieron pasando y tu seguiste aprendiendo nuevas cosas, llego un día en que escuchaste a tu niño interior, te paraste y fuiste a terapia psicológica (bravo) apesar de pensar que lo necesitabas, regresaste encantado y con más preguntas sobre ti de lo que te imaginaste, ahora que lo pienso creo que todos esos factores fueron parte del camino para llegar tus futuras experiencias, de ahí llegó una calma y tranquilidad no experimentada previamente, debo aceptar que nunca imaginé ver en ti esos grandes aprendizajes con un contexto tan complejo.
Así pasaron más meses y llego a ti un descubrimiento más, algo nuevo que despertó tu curiosidad como buen explorador, tenías mucho tiempo haciendo uso de plantas de poder para estimular tu creatividad y consciencia, pero sin duda alguna lo que llegó en ese frasco color ámbar de manos de tu amiga tortuga fue increíble, probaste y descubriste que con solo unas cuantas gotas podías mejorar más tu día a día, conectaste más con tu niño interior y por consecuencia con las niñas que tenías en casa, notaste que surgieron más preguntas sobre tu verdadero yo, pero aquellas que venían más desde tu ego que siempre te juzgaba y evaluaba sobre si estabas haciéndolo bien comenzaron a dejar de salir, en algún momento comprendiste que de esta forma fuiste mucho más respetuoso y amoroso contigo, un pasito más cada vez para estar más presente, para ser más compasivo y empático, así pasaron los años, llegó a ti la herbolaria, ahora la medicina está en casa, aprendiste de las plantas que no hay necesidad de vivir con prisa, comenzaste a disfrutar del tráfico enfocándote en el el proceso, te dejaron de molestar muchas cosas tan absurdas sobre las que no tenías control, pues comenzaste a encontrar algunas raíces de esas viejas heridas y te comprometiste con cicatrizarlas, creo que reíste mucho, soñaste mucho más y ahora puedo confirmar que te amaste más, bien ahí por eso.
En los últimos meses descubriste muchas cosas que le han quitado mucho drama a tu vida, entendiste mejor el juego llamado vida, donde el caos se hace presente ante cualquier intento que tienes por controlar todo, te tocó entender eso con mucha observación pues en algún punto también llegaste a pensar que todo lo malo solo te sucedía a ti, pero puedo ver que gracias a eso te comenzaste a enfocar en las cosas buenas que también pasan, también estás comprendiendo que todo está sucediendo en la misma línea de tiempo y es neutral, no hay nada definido como bueno ni malo, simplemente son cosas que cambian, situaciones que no habías imaginado que fueran posibles, todo esto de forma aleatoria, interconectada porque es parte del todo, pero en distinto ritmo e intensidad, hace unas semanas tuviste por primera vez una alergia, hace unas horas te ví atrapado en un crucero con todos los semáforos apagados, pero con todo y ese caos te viene a enseñar que la vida funciona así y que mientras más pronto lo aceptes y lo entiendas, serás mejor manejándolo, pero estoy seguro que lo lograrás.
Por ahora es tiempo de dejar de escribir, pues estas líneas casi nos encuentran en el mismo momento, pero puedes estar seguro que seguiré reconociendo y amando ese esfuerzo que haces día con día, eso que ya hiciste y lo que estas por hacer, todas las desiciones que ya tomaste y las que siguen pendientes, los errores que cometiste y que te ayudaron a aprender valiosas lecciones, también agradeceré todas esas las lagrimas que dejas correr y que disfrutas porque purifican tu alma, sanando a ese pequeño niño y haciéndolo brillar, también seguiré por aquí (porque vivimos juntos) para celebrar todas tus victorias, cualquier logro grande o pequeño, te prometo que me mantendré mucho más atento para cuando tu intuición no se active, para abrazarte cuando necesites recordar eso que ya sabes, lo estás haciendo increíble werito silvestre!
Con amor infinito, tu yo del ahora.
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